¡Los campesinos son unos duros para montar videos!
Pues sí, los campesinos son unos duros para montar videos, o por lo menos eso
es lo que dio a entender el General Rodolfo Palomino. Yo la verdad creo que los
únicos que se han armado unos videos distantes de la realidad son los señores
del gobierno, quienes parecen ignorar los disturbios en las vías del país, el
alza en los precios de la canasta familiar y los abusos de las autoridades.
Aunque siempre escribo sobre la situación de las mujeres en Colombia, prefiero
tomar esta oportunidad para hablar sobre el paro, porque a pesar de lo que diga
el General Palomino, yo he visto videos de mujeres y niñas heridas y atacadas
por miembros del ESMAD.
A mí la verdad me parece inaudito que el Presidente Juan Manuel Santos, quien
proviene de una familia de periodistas, no vea noticias, no se informe o quiera
darle la espalda a la difícil situación que se muestra en los medios y en las
redes sociales.
Es una lástima que el gobierno quiera desvirtuar la magnitud del paro. Si
esta era una estrategia del Presidente Juan Manuel Santos para calmar los
ánimos, quedo claro que tuvo el efecto contrario. Lo único que el Presidente
Santos logró fue que los campesinos se unieran aún más en un cacerolazo, al cual
el gobierno respondió con tanques de guerra. ¿Muy proporcional la respuesta del
gobierno, recibe cacerolazos y envía tanques? En Colombia estamos mal, muy mal
si creemos que los intereses de los campesinos no nos involucran a todos.
Déjenme recordarles que a lo largo de la historia la lucha de los campesinos ha
sido la lucha de todo el pueblo.
Si nos independizamos fue gracias a la lucha de los criollos que se rebelaron
contra los españoles. La historia de Colombia es la historia de una batalla
infinita por combatir la desigualdad social. De hecho, si en Colombia llevamos
décadas en una guerra civil es porque la desigualdad social hizo levantar a los
Chulavitas, esos campesinos conservadores que marcaron los primeros años de
violencia en Colombia.
Por tal motivo, no sobra recordarle a Juan Manuel Santos que así firme la paz
con las FARC, está claro, clarísimo que el problema de fondo persiste, la
desigualdad social.
Las FARC podrán entregar las armas, pero muy seguramente algún otro grupo
víctima del abandono del gobierno podría levantarse en armas y rebelarse contra
el gobierno. De nada sirve firmar la paz con un grupo armado cuando el gobierno
le manda tanques de guerra a campesinos que solo tienen los azadones de su
trabajo para defenderse y las cacerolas para protestar. En otras palabras,
firmamos la paz en Cuba pero el gobierno sigue alimentando el conflicto interno
en contra de ciudadanos indefensos que solo reclaman condiciones de vida y de
trabajo justas y dignas.
Si hay algo que me ha dolido al ver las imágenes que evidencian los hechos de
los últimos días es darme cuenta que los atropellos en contra de los campesinos
no ameritan investigaciones por parte de la Unidad de Derechos Humanos, sin
embargo un paseo millonario sí. Evidentemente el gobierno hace sentir a los
colombianos como ciudadanos de segunda clase en su propio país.
En este tipo de situaciones es imposible ser imparcial, o por
lo menos lo es para mí. Yo no puedo darle la espalda a los campesinos que
trabajan largas jornadas para que yo, muy cómodamente, tenga alimentos en mi
mesa cada día. Tampoco puedo respaldar a un gobierno que se tapa los ojos ante
la grave situación de la clase trabajadora colombiana.
POR UNA COLOMBIA DECENTE EL POLO PRESENTE
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