Una imagen de 'The Bling ring', la nueva
película de Sofía Coppola que retrata la historia real de Alexis Neiers, una
'betch' acusada de robo en Estados Unidos.
Foto:
Archivo particular
©El
Tiempo.com/07 de septiembre del 2013
Son chicas entre 18 y 24 años que tienen como ícono a Paris Hilton y no les sobra ni un kilo.
Ni gordas, ni pobres, ni fáciles. Las chicas betches lo tienen claro: para
triunfar en este mundo ya no basta la fama; hace falta glamour, aparente
ingenuidad, oportunismo, una buena dosis de vodka en fiestas y la tarjeta de
crédito de papá. El diccionario urbano define betch como “otra forma de decir
bitch (puta en inglés), solo que esta palabra suena un millón de veces mejor y
te hace sentir muy bien”. Es como cuando una chica se dirige a otra de manera
cariñosa llamándola ‘perra’. Pero la cosa no se queda en el lenguaje, tiene que
ver con marcas de ropa, estilo de vida, personajes favoritos, fiestas
indispensables y, sobre todo, dinero gastado.
Las betches son mujeres entre 18 y 24 años, de un nivel económico alto, que
tienen como referente indiscutible a la rica heredera Paris Hilton y que se
jactan de no estar al día de las noticias, aunque admiten que los chismes de
farándula son tema de primer orden y que de vez en cuando se asoman a las
noticias para saber de qué deben disfrazarse en la próxima fiesta de
Halloween.
Alguien podría concluir que estamos ante la típica descripción de niñas
frívolas que han existido toda la vida. Sin embargo, Internet ha entrado en
acción y las ha convertido en todo un fenómeno social. Las betches son
consideradas una tribu urbana importante gracias a la página web
www.betcheslovethis.com, que tiene cuatro millones de visitas al mes y 140.000
seguidores en la cuenta de Twitter @betchesluvthis.
Sus creadoras, Jordana Abraham, Samantha Fishbein y Aleen Kuperman, empezaron
la página cuando estaban en la universidad, y su idea era describir con humor y
sátira todo aquello que vivían. Se sentían parte de un nuevo grupo social y lo
contaban con tanto desparpajo y sin tapujos que poco a poco fueron ganando
lectoras. Es tanta su influencia que un artículo que incitaba a no pedir nada en
los restaurantes cuando se iba en grupo (con el objetivo de perder peso) fue
retirado porque una fan estuvo dos semanas sin comer, y la web fue denunciada
por promover la anorexia.
Cómo sacarle dinero a tu papá, cómo tener relaciones sexuales sin que
parezcas necesitada, cómo lograr que los demás paguen tus gastos en la
discoteca, cómo convencer a los amigos para que te hagan los trabajos de la
universidad o cómo pasártelo bien en la vida sin trabajar son algunos de los
posts que retratan la filosofía betch. El lenguaje soez y la incitación a
consumir vodka (porque tiene menos calorías) o drogas químicas como el MDMA son
otras de las ‘perlas’ de la biblia betch.
Hiperconsumistas
¿Estamos ante un grupo de mujeres con trastorno de personalidad? “En
absoluto”, aclara el psicoanalista Alejandro Velázquez. “Las tribus urbanas
siempre han existido, solo que esta podría considerarse de alto nivel
socioeconómico y de repercusión mediática. Son mujeres que responden al modelo
actual de sociedad que el filósofo Zygmunt Bauman llama ‘modernidad líquida’, es
decir, que todo es muy efímero. Ellas viven del consumo y para el consumo. Todo
lo viven en exceso, están muy preocupadas por los gadgets y, finalmente, ellas
mismas terminan siendo un objeto de consumo para los demás”.
El psicólogo y profesor de educación social Jordi Bernabeu Farrús está de
acuerdo con esta aclaración y agrega que las betches pueden tener una
“personalidad adolescente caracterizada por querer llamar la atención o esconder
un autoconcepto negativo o una dinámica familiar que ha marcado pocos
límites”.
Ambos profesionales coinciden en que el contexto social actual parece
conducirnos al hiperconsumo y que algunos realities shows que exaltan este tipo
de conductas pueden reforzar el fenómeno betch.
Incluso hay analistas que van más allá y consideran que la web
betcheslovethis es un cúmulo de clichés y un aporte más a los incontables
estereotipos sobre las relaciones de pareja. Las tres creadoras de la web y, por
supuesto, gurús del movimiento betch, no le dan tanta importancia a su
influencia y creen que quienes las miran con lupa no tienen sentido del humor.
En serio o en broma, lo cierto es que estas chicas saben rentabilizar su nombre.
Además de la web, cuentan con una línea de ropa y accesorios y acaban de
publicar un libro (Nice is just a place in France: How to win at bassically
everything, Gallery Books) que ya está en la lista de bestsellers del New York
Times y es número uno en la categoría ‘libro de humor’ en iTunes.
¿Nacen o se
hacen?
La pregunta resulta oportuna si se analizan los modelos de consumo con los
que muchas jóvenes crecieron. “Mucho de lo que consume el niño tiene que ver con
la demanda de los padres. Ellos no tienen grandes necesidades, son los padres
los que las crean”, explica el psicoanalista Alejandro Velázquez. El psicólogo
Jordi Bernabeu Farrús considera que lo más lógico es generar una crianza sensata
desde la infancia “aplicando límites razonables”, sin excesiva permisividad ni
excesivo autoritarismo y, al mismo tiempo, ejerciendo control sobre los consumos
culturales.
ZULMA SIERRA
Para EL TIEMPO
Barcelona
Para EL TIEMPO
Barcelona
Las 'betches': así es la nueva tribu urbana
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