domingo, 1 de septiembre de 2013

Campañas anti-inmigrantes tienen motivaciones políticas

 
 
 
September 1, 2013
El público británico no tiene el estómago preparado para ver cómo detienen a las personas con base en su color de piel, algo que sin duda, está fuera de la ley.
 
La actitud del gobierno británico contra la población inmigrante apunta a un objetivo político claro y muestra la mentalidad arcaica del Partido Conservador.
 
 
Así se ha manifestado en la última propuesta del gobierno, un proyecto que no solo tiene claros tintes xenófobos, sino que también manipula las estadísticas de desempleo y del Servicio Nacional de Salud (NHS).
 
 
Manipulación hecha también sobre los sentimientos de la gente, pues el mismo David Cameron ha dicho que los británicos no tienen simpatía por los inmigrantes, así los londinenses den pruebas claras de que en esta multicultural han aprendido a llevarse bien con sus vecinos, sin importarles su lugar de procedencia o su color de piel.
 
 
Es evidente que el gobierno está empleando cualquier estrategia para ganar las próximas elecciones y para sustentar su política de recortes en inversiones públicas y prestaciones sociales.
 
 
Pero esa justificación, sin duda, va acompañada de sentimientos nacionalistas y un marcado carácter segregacionista.
 
 
La opinión generalizada es que no se debe defender una campaña que está rompiendo la ley y que va en contra de la democracia y del respeto por los derechos humanos. Sobre todo porque con ello el contradice el discurso del gobierno, que habla de la larga tradición histórica que el Reino Unido tiene en ayudar a los refugiados
 
 
El caso de “Go Home” es que, así llegara a tener éxito al implantarse en otras ciudades del Reino Unido, solo supondrá un éxito engañoso para el gobierno, porque detener y expulsar a los inmigrantes no va a resolver la recesión económica.
 
 
Sobre la actitud y las medidas anti-inmigrantes The Prisma habló con conocedores en la materia: Claudio Chipaná, filósofo peruano, cofundador y miembro de LARC; y Russell Hargrave, director de comunicaciones y asuntos públicos de Asylum Aid,
 
 
A Claudio la campaña no le sorprende, pues viene del gobierno actual. Más bien considera que es “una preocupación política que tiene el partido conservador frente al empuje electoral de la oposición.”
 
 
Las últimas elecciones locales y las encuestas, han demostrado que el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), está ganando votos con vista a las elecciones de 2014.
 
 
Por tal motivo el gobierno quiere frenar el empuje del partido de Nigel Farage. “Se trata de una campaña muy calculada para apuntar a un objetivo,” comenta.
 
 
Por su parte, Russell piensa que “David Cameron por un lado tiene razón, pero también se equivocó” acierta cuando, como ocurrió en marzo, dijo que “el Reino Unido debe estar siempre dispuesto a aceptar a los refugiados y a los solicitantes de asilo, porque ayudar a las personas que tienen miedo a regresar a su país, forma parte de la larga historia británica”.
 
 
Pero se equivocó, dice, “al afirmar que los británicos no tienen mucha simpatía por la migración, y que están preocupados por la cantidad de inmigrantes que están llegando al Reino Unido.”
 
 
Ello, a su juicio no es cierto, puesto que “una de las características que hace a Londres tan brillante, es que las personas han aprendido a llevarse bien con sus vecinos y no están demasiado preocupadas de qué parte del mundo provienen.”
 
 
“Go Home” ha conseguido la oposición de organizaciones tales como Liberty, Unison, la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos (EHRC), Dover Detainee Visitor Group (DDVG), que la califican de discriminatoria.
 
 
Y “más del 51% en el caso del partido laborista y el partido liberal demócrata están en contra”, expresa Claudio, quien agrega que esta campaña es racista.
 
 
Incluso en el partido conservador hay opiniones contrarias. Claro que “casi el 70% está de acuerdo, y en el UKIP, un 80% más la apoya.” No sorprende el UKIP, pues representa la nueva y fresca derecha que atrae tanto a algunos los nativos británicos.
 
 
Chipaná considera que “Go Home” “tiene una connotación ideológica” ya que “su política no ha tenido un rumbo racional” y que es “irracional jugar con las estadísticas y con estos sentimientos nacionalistas xenofóbicos para justificar estas campañas.”
 
 
En marzo de este año, el Primer Ministro se comprometió a poner fin a la reputación que Gran Bretaña tiene de “tacto suave”, mediante la reducción de los derechos de los inmigrantes a utilizar el Servicio Nacional de Salud (NHS).
 
 
Tales palabras son, deshonestas, pues mientras tomas medidas que afectan el servicio de salud, desvía la atención de la población hacia los inmigrantes, haciendo que éstos últimos parezcan los causantes de los recortes que en el NHS se están produciendo.
 
 
Russel Hargrave dice que Cameron “fue un poco deshonesto al poner ejemplos como el NHS, porque sabe, al igual que todos, que el Servicio Nacional de Salud tiene éxito, porque siempre trajo al país a muchos expertos.”
 
 
Mas para Claudio Chipaná se trata de una “miopía política”, ya que está demostrado que los “inmigrantes utilizan menos que los nativos los Servicios de Salud.”
 
 
“Si observamos las estadísticas – dice Chipaná – , el presupuesto que el gobierno inyecta en programas de ayuda para los refugiados o personas que buscan asilo político es mínimo, la mayor parte del presupuesto nacional en términos de gasto público y de servicios va a parar a las pensiones..
 
 
Por otro lado, las estadísticas de crecimiento en el último año demuestran que la población migrante está aumentando. Algo positivo para la economía, a juicio de Claudio, “porque hay un gran numero de pensionistas, y serán entonces los inmigrantes, los que van financiar a la población que envejece…”
 
 
Pero más allá de la manipulación del discurso, del juego mediático de la derecha y de la exacerbación del nacionalismo y el racismo, está la situación que viven los inmigrantes en sí.
 
 
Son ellos los que son atacados, perseguidos, acorralados, detenidos, deportados y estigmatizados, subliminalmente, como criminales.
 
 
En ese sentido, Russell señala que lo más preocupante de la campaña, es la persecución a la que se ha sometido a los inmigrantes en las estaciones de metro, en donde oficiales de la Agencia Fronteriza del Reino Unido (UKBA) selecciona a las personas de manera discriminatoria. “El público británico – expresa Hargrave - no tiene el estómago preparado para ver cómo paran a las personas con base en su color de piel”. Y esto, afirma, “probablemente esté fuera de la ley.”
 
 
Los agentes de la UKBA, explica – deben identificarse y dar una explicación de por qué se detiene a la persona y “no es suficiente basar ese juicio de elección en tu apariencia”.
El acto de detención, al darse en lugares públicos, resulta no solamente violatorio, sino también agresivo, pues no solo se comete contra el inmigrante, sino que ocurre en escenarios en los cuales la gente quiere su tranquilidad, como es el caso de las estaciones de metro o de bus.
 
 
Hace unos años, la organización Liberty hizo un estudio sobre la privacidad en el Reino Unido y se demostró que para un 94% de la sociedad, el derecho a la intimidad es fundamental. Por eso, Russell no cree “que por ahí afuera haya mucho apoyo para ese proyecto.”
 
 
Desde luego, pese a las posiciones en contra, la campaña, y en si las actitudes inmigrantes, no encontraría empuje si los medios editoriales no ayudaran a ello.
 
 
Claudio explica que los medios han llenado sus editoriales sobre el tema de la campaña, “al punto de que a algunos les ha parecido un éxito comercial por su costo, alrededor de 10.000 libras”.Pero es más bien “un éxito en cuanto a que ha removido a la opinión pública”.
 
 
Pero la campaña no va a resolver los problemas del gobierno actual, sino que únicamente podrá conseguir lo que Chipaná denomina un “éxito ficticio”. Sin embargo, así la campaña no consiga lo que buscaba o no siga adelante, el “el gobierno encontrará otra cosa.”
 
 
Esto es porque si bien no existen estadísticas que demuestren que el programa esté siendo un éxito, lo que si está claro, es que, afirma Claudio, “si no puedes parar la crisis y no logras que la economía remonte, tienes que encontrar culpables para distraer la atención”.
 
 
Claro que la tendencia de culpar a la inmigración como fuente de problemas, sobre todos los económicos, no es nueva. Ya Margaret Thatcher, nacionalista y anti-clase obrera- lo hico cuando inauguró un período anti-inmigrante, el cual, lamentablemente, fue seguido por distintos gobiernos, todos utilizando palabras tales como invasión o con frases como: “Ellos se están robando puestos de trabajo a los británicos”.
 
 
Lo terrible de este proyecto o de cualquier decisión antimigrante, es que gran parte de la población empieza a creer las mentiras y se va generando una reacción en la cual los extranjeros terminan siendo siempre las victimas, de una sociedad que se va volviendo – incluso sin saberlo – en racista y discriminadora.
 
 
 

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