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El oficial dijo en interrogatorio en la Fiscalía que lo hizo como un acto espontáneo.
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El general Francisco Patiño, excomandante de la Policía en Bogotá, reconoció
ayer en la Fiscalía que se reunió en un CAI con uno de los enredados en la
manipulación de la escena del crimen del grafitero Diego Felipe Becerra, y que
le entregó a su esposa dos bonos de 100.000 pesos cada uno.
Durante el interrogatorio ante un fiscal delegado ante la Corte Suprema, el
oficial aseguró que ese dinero no era parte de ningún soborno para que Jorge
Narváez –conductor del bus que denunció que la víctima lo había intentado
atracar– cambiara su versión, como dijo después en el proceso.
Patiño relató que en el lugar estaban el conductor de la buseta y su esposa,
Nubia Mahecha, también capturada, y que, como un acto espontáneo, le regaló los
bonos para que los usara para comprarle algo a su hijo.
Durante la diligencia, que duró dos horas y diez minutos, el oficial enfatizó
que con ese acto no pretendía incidir en la declaración del conductor, y que
solo le dijo que contara la verdad de lo sucedido.
Patiño es una de las 20 personas investigadas por la manipulación de la
escena del crimen de Becerra, ocurrida en el norte de Bogotá en agosto del 2011.
Por esos hechos están ya asegurados 6 uniformados y 3 civiles, y está pendiente
la decisión de un juez sobre la libertad de dos coroneles.
Fuentes cercanas al caso señalaron que Patiño explicó que fue al sitio como
parte de su gestión como comandante de la Metropolitana, y que no estaba
enterado de las irregularidades denunciadas.
La Fiscalía ha evidenciado que en el lugar se plantó un arma para hacer creer
que era de la víctima y que se hizo un pacto para cambiar las versiones y
favorecer a los uniformados.
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