viernes, 21 de marzo de 2014

Ilegítimos en el exterior

 
(c)El Tiempo.com
 
20 de Marzo del 2014

Los resultados de un país flotante en el mundo, fueron estruendosamente vergonzantes, menos del 10% del potencial electoral

 
En el exterior perdimos todos. Hablaban de una fuerte votación para Centro Democrático, de Álvaro Uribe, y tampoco alcanzó su meta de caudillo sobrado.
 
Hace un mes era el favorito de los apostadores. Consiguió menos de once mil tristes votos y lo superó el MIRA, quien en realidad hizo pobremente el milagro de ganar en el exterior en votación para senado y cámara, y conservar la personería jurídica del Movimiento en Colombia. Doble milagro en medio del escándalo reciente con su pastora mayor.


Los resultados de un país flotante en el mundo, de cinco millones de connacionales, fueron estruendosamente vergonzantes (menos del 10% del potencial electoral) y además, desalentadores.
 
Con menos de cinco mil votos directos para Ana Paola Agudelo del MIRA (España) y menos de cuatro mil por Jaime Buenahora de la U (Nueva York). Los dos, representantes electos por los colombianos en el exterior y con apenas 41 mil y algo de sufragantes, de un potencial de más de medio millón. Quedamos prácticamente sin legitimidad para cualquier reclamo, salvo que por razones económicas (somos el segundo renglón en generar ingresos de divisas) podamos seguir alzando la voz. O sea, la política subordinada a la economía.
 
Estas cifras indican que estamos acusando una enorme fatiga frente a la visión que nos brindan la política nacional, sus voceros y los medios: Uribe contra Santos, o viceversa. Corrupción a granel y falsedades.
 
La medida que concedió a los colombianos del exterior, votar esta vez durante los siete días precedentes a las elecciones, fue irrelevante y dañina. Clásica colombianada que hay que corregir.
 
Para qué burócratas viajando por el mundo y viaticando de lo lindo por ocho días más, y de apropiaciones de recursos para la seguridad de instalaciones consulares y otras medidas logísticas, si ni siquiera el Gobierno tuvo la más sensata de las iniciativas, que era promover masivamente campañas de sensibilización hacia la participación electoral y la divulgación de la medida de expansión horaria.

 
En Panamá, por mencionar un país, solo fueron a las urnas 835 ciudadanos, cifra ridícula de un potencial de más de 10.000 electores y una población estimada en más de doscientos mil compatriotas.
 
Un grupo de colombianos en el exterior quiere apartarse de las manipulaciones caudillistas y partidistas provenientes de Bogotá, y conformar un movimiento único para gestionar auténticos liderazgos, salidos de la diáspora.

 
La primera convocatoria para tal fin, será después de las elecciones de mayo y puede ser que la idea cuaje. En el 2010, tal vez desde Miami, un periodista hablaba de esa alternativa pero no tuvo eco.

 
Las visiones para atraer colombianos del exterior a las urnas, no pueden seguir siendo las mismas con las que seducen electores en Colombia. No porque estemos hechos de otra armadura, sino que, por ser colombianos, tenemos ganado el derecho a escoger libremente nuestra representación en la proporción que merecemos. Claro está, mientras no seamos políticamente ilegítimos. Por lo pronto a restañar heridas de campaña, que no son pocas.

 
Jorge Iván Mora 


Ilegítimos en el exterior

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