POR HUMBERTO VELEZ
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Temperamento fuerte y con
tendencias a la prepotencia, sí por cierto, pero eso no le quita ni le borra a
Gustavo Petro sus persistentes esfuerzos
por inventarle a la Alcaldía de Bogotá, como espacio institucional del Estado, una Política pública inspirada en una versión
dada de post-neoliberalismo y la ha venido construyendo bajo la figura
humanista de “Bogotá Humana”. En contraste, temperamento sonriente pero con
tendencias al disimulo, sí por cierto,
pero eso no le quita ni le borra a
Alejandro Ordoñez sus tenaces esfuerzos
por encarrilar a sus supervisados por senderos camanduleros hermanados con un
neoliberalismo de extrema derecha.
He ahí el trasfondo, en
últimas más definitorio, de la actual coyuntura: el ultramontano católico
neoliberal destituyó a Petro para sacar del camino a un destacado librepensador postneoliberal y claro que podía supervisar su conducta
dada la condición de funcionario público
del costeño, pero no suspenderlo ni destituirlo, asunto éste que, para el caso de Bogotá como Régimen Especial, sólo
podía hacer el presidente de la república de acuerdo con el artículo 323 de Constitución. Si encontraba fallas en
su conducta como alcalde del Distrito de
Bogotá, debería haber escarbado formas
para hacer intervenir al Presidente Santos o para echar a andar la figura de la
revocatoria del mandato respetando así la decisión colectiva electoral de
750.000 bogotanos.
Campo E Galindo ha captado
muy bien la esencia de ese choque trenes: “En el fondo, ha escrito, es una
batalla entre intereses públicos versus
intereses privados, del Estado como garante de los derechos de la gente versus el mercado…”. [1] Y por estos días, al internacionalizarse el
asunto Ordoñez versus Petro, varios alcaldes de la Red de capitales y ciudades latinoamericanas-
Lima, Río Janeiro, La Paz, Santiago, Montevideo, Asunción, Quito y Buenos
aires- ubicaron también de modo preciso el disco duro del asunto al destacar en una declaratoria de apoyo a
Petro, que a éste lo había destituido el Procurador por haber querido desprivatizar la gestión de las basuras. [2]
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Por estos días, el
movimiento “URIBE CENTRO
DEMOCRATICO” ha declarado que muy lejos del clásico estilo de actuación
del expresidente se encontraba el que él
con Fernando Londoño hubiese hecho una
alianza con el Procurador para destituir a Petro. Por su parte, de la Procuraduría ha salido un documento en el que se destaca que la decisión del
Procurado ha estado muy ajena a cualquier viso ideológico. Por lo tanto, ni un Uribe complotando ni un
Procurador actuando bajo motivaciones
ideológicas.[3]
Por su parte, hoy 14 de
diciembre Otty Patiño nos cuenta que el
pasado 14 de noviembre en una reunión con sus amigos Francisco
Santos y Rodrigo Rojas, el primero les había dicho que Petro
iba a ser destituido y que él tenía interés en disputar la alcaldía de Bogotá y
que, para ello, había solicitado a Rojas que le ayudase a conseguir el aval de
la Alianza Social Indígena. En esa dirección, Otty insiste en que la
destitución de Petro había sido producto
de un complot, que obedecía a obscuros
intereses asociados a impedirle al alcalde continuar desarrollando su programa
de “Bogotá Humana”. Por eso ahora en esa carta le insiste para que “cuente la
verdad…está en tus manos, terminó diciéndole, contarle al país toda la
información que tu tienes sobre el complot” recordándole, además, que la amistad que los ha unido sólo “se
mantendrá en el terreno de la justicia y
de la verdad”. [4]
A los Atisbos Analíticos, en
el orden lógico, no se les oculta la posibilidad de ese complot, aunque, en el
orden fáctico, la prueba empírica tiene que ir más allá de un testimonio unipersonal.
Otro testimonio importante
sobre el complot, pero, mara muchos, “manchado y poco creíble por prevenir de
quien proviene “ha sido el de Emilio
Tapia, el testigo estelar de la Fiscalía en la investigación
sobre el Carrusel de la 26. De todas maneras, la Fiscalía sí le ha aceptado en
ese caso un grado importante de
credibilidad. Cuando Petro llegó a la
alcaldía, Tapia hacía parte del equipo encargado de sacar adelante una licitación que, sin
prórrogas, le permitiese a cuatro empresas o manejadores privados continuar gestionando por 7 años más el manejo de las basuras cuyo costo ascendía a la fabulosa suma de dos billones
cuatrocientos mil millones de pesos. Se
trataba de un auténtico oligopolio. Pues bien, por estos días en una extensa
entrevista[5] del
Espectador, cuya lectura cuidadosa y crítica recomendamos, Tapia le contó al
entrevistador, Juan David Laverde, que el caos acaecido el 18 de diciembre del
2012 en Bogotá con el problema de las basuras había sido premeditado; que como
el Alcalde quería hacer una nueva prórroga mientras finiquitaba su nuevo Modelo
de Gestión, los cuatro manejadores
privados, para presionar una nueva
licitación a su favor, habían decidido mandar a mantenimiento todo el equipo de
recolección buscando colocar al alcalde contra la pared , pues, por carencia de
herramientas jurídicas y por
imposibilidad técnica de conseguir de un momento a otro 700 camiones
recolectores, se provocaría un caos, que tumbaría al alcalde, lo que efectivamente había sucedido
no entones sino ahora; que hace un año efectivamente había habido
irregularidades y lentitud en la prestación del servicio , pero que todo había
sido producto de ese complot; y que, de todas maneras, apenas llegado Petro a
la alcaldía y ante la posibilidad de quitarles a los privadores el manejo del
basuras , éstos había decidido embarcarse en un complot, que finalmente había
resultado exitoso un año después.
Al haber sido todo ello así,
digámoslo ahora con mayor precisión: hace un año, para abordar el caos intencionalmente provocado por el oligopolio
de los manejadores privados, Petro no tuvo otra salida que adelantar la vigencia y aplicación de un Modelo de
gestión, que todavía se estaba diseñando en su parte operativa, sobre todo.
Ese ha sido el contexto
fáctico que le dio soporte al Procurador para tipificar como delitos lo que no
había sino irregularidades técnicas y algunas soluciones operativas fallidas y
PARA por estas razones
inconstitucionalmente destituir a Petro.
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Hace unas semanas en
Madrid-España, ciudad en otro contexto de historia, de cultura ambiental y de turismo, una huelga de recolectores de basura convirtió la ciudad en un estercolero.
Entonces, una incompetente alcaldesa tardó 13 días en llegar a un arreglo con
los huelguistas.[6]
Para algunos importantes colombianos
marcados por el fervoroso espíritu cristiano-ambientalista del
eximio ecólogo Ordoñez se les debería haber hecho extraño al
sacrosanto espíritu santanderista de la ley, el que en la Madre Patria no hayan destituido y sancionado inaeternum a la incompetente dama.
Si en Colombia en el momento
actual se sancionara a los Alcaldes por ignorancia ecológica o por
incompetencia para proporcionar un medio ambiente sano y saludable a la
ciudadanía, el actual Procurador se podría divertir por una década
levantándole expedientes, que fundasen
su destitución, a más de mil alcaldes.
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Aunque no sabemos sobre qué razones específicas fundamentó el
Procurador en el expediente el presumible
delito cometido por Petro de violación
del derecho a la competencia al introducir
un modelo estatalista de gestión
en el manejo del problema de las basuras- la argumentación se la escuchamos desde meses
atrás en entrevistas televisadas y radiales-
en verdad que lo que hizo Petro fue quebrar- en un nivel dado de la acción del Estado, en el de un Distrito Especial- un oligopolio
conformado por cuatro manejadores privados para establecer un nuevo Modelo de
regulación estatal, lo que en el marco de la actual Carta es del todo
constitucional.
En nuestra opinión y lo
hemos argumentado en muchos artículos y
Atisbos, no tiene fundamentos sólidos afirmar que la Constitución del 91, en
materia de presencia estatal en la economía y en la vida social, es solamente
neoliberal centrada en la defensa del derecho a la competencia. Claro que lo es, pero también mucho más. La
Constitución del 91 se diseñó como una Constitución de Paz y para la Paz y desde esta mirada- el del modelo
socioeconómico de acción básica del Estado- le dio cabida a todas las fuerzas
participantes en el Asamblea Nacional Constituyentes de 1991: a los neo-jacobinos del M19, a los
neoliberales de los dos partidos tradicionales, a los partidarios del viejo intervencionismo de la Revolución
en Marcha y hasta a los partidarios de un modelo de regulación próximo a una ideología
socialdemócrata. A guisa de mera ilustración, esta Constitución le abre cabida
al neoliberalismo al establecer la
privatización como posibilidad y no como obligación. Pero, también establece la
opción de un modelo de regulación en una
u otra de sus grados y versiones, excepción
hecha de un modelo socialista. El que predomine un modelo sobre el otro,
siempre dependerá de la orientación del
Ejecutivo y de la correlación de fuerzas en el Congreso. Si hasta ahora ha
predominado la ideología neoliberal como inspiradora de la acción del Estado, ha sido porque
desde la segunda parte de la década del
80 todos nuestros presidentes, con la excepción de Samper, han sido
neoliberales como también lo han sido, en alta proporción, nuestros
congresistas.
Entonces, destituir a Petro
por pretender implantar un Modelo socialmente participativo y estatalmente
regulador de la gestión de las basuras, es un
exabrupto inconstitucional.
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Pero guardadas las
proporciones, por su efecto demostración más grave para el presente y futuro del país ha sido la sanción
aplicada, catedraliciamente
desproporcionada con la comisión de algunas irregularidades e incompetencias
técnicas, muchas de ellas insuperables en la coyuntura dado el complot que en
diciembre del 2012 le iniciaron cuatro manejadores privados.
En este país con una clase
dirigente altamente imaginativa para idear fórmulas de torpedeo al acceso de la
izquierda, al manejo del Estado en sus distintos niveles de acción, a la
eliminación violenta del “otro singular y distinto” que se ha atrevido a hacer
política demo-institucional, a las clásica cooptación, a la acción represiva
con cárcel incluida, se le ha venido añadiendo otra figura: la muerte política
de los líderes y de las oposiciones antisistémicas más destacadas. Es la figura
que ahora ha acabado de perfeccionar el
Procurador al expulsar a Petro por 15 años de la vida política por “comunista” que ha osado aplicar un nuevo modelo en la acción del Estado y por “ensuciador” que llenó las calles de
Bogotá de fétidos estercoleros, que
mandaron a la cama y a los hospitales a miles y miles de bogotanos.
Entonces, la conducta del
Procurador fue un golpe a una sociedad
que, como la colombiana, está haciendo la transición de una democracia electoral a una
democracia ciudadana y también fue un
mensaje a los negociadores farquianos de
la Habana, que aspiran a hacer en Colombia
política demo-institucional de nuevo tipo.
Si esto lo hizo el Procurador
mediante una alianza con Uribe Vélez o sin ella, el efecto ha sido el
mismo que ha venido buscando el “Uribe Centro democrático”, bloquear los
diálogos de la Habana.
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En Bogotá, sin incluir a sus
grupos familiares, existen unos veinte mil recicladores y recicladoras de
basuras. Hasta antes de llegar Petro a la Alcaldía, cada uno sumaba unos
trecientos mil pesos al mes y con las
medidas que el nuevo mandatario empezó a tomar, en la actualidad están reuniendo entre 600 y 700 mil pesos al mes. Pero, lo más
importante es que se han organizado en una
ASOCIACIÓN DE RECICLADORES y se han
convertido en la fuerza social más protagónica del nuevo Modelo de gestión de
las basuras. Alrededor de las acciones y
programas y proyectos del último año han
venido gestando una nueva cultura ambiental, así como dándole forma a un nuevo
sector institucional de la economía
bogotana social y técnicamente autónomo y sostenible orientado a producirle
materias primas a múltiples
empresas. Como decir, las basuras tienen un valor cultural-productivo y su operación
técnica constituye una importante fuente de un trabajo legítimo y digno. Miles y miles de recicladores de todas las
ciudades colombianos tienen los ojos
puestos en esta linda experiencia colectiva de la Bogotá
Humana. [7]
Qué pasará con ellos? Seguirán avanzando o
regresarán a la condición de simples
habitantes de rellenos y basureros socialmente imaginados como personas que,
tras la carretilla, ocultan su condición de atracadores o de vagos o de
indeseables? El tiempo y también los Ordoñez lo dirán.
*ATISBOS ANALÍTICOS
184, Santiago de Cali, 15 DE
DIEMBRE DE 2013, Humberto Vélez r, profesor investigador de la Universidad del
Valle, presidente de ECOPAIS, “Un nuevo Estado para una nueva Colombia”.
http://fundacionecopais.blogspot.com,
humbertovelezr@gmail.com
[1]. GALINDO,
CAMPO E, www,campo-e.blogspot.com,
[2] . Declaratoria de REDCISO, Alcaldes de la Red de Ciudades
Sudamericanas, en, Columnistas Libres,
[3] . Columnistas Libres, diciembre
13 y 14 de 2013
[4] . SEMANA.COM, “OTTY PATIÑO RETA A FRANCISCO SANTOS”, 13-12-2013.
[5] .
Entrevista del El Espectador a Emilio Tapia, 10-12-2013.
[6] .Granés, Carlos, “BASURA Y DEMOCRACIA”, El espectador, reproducido por
Columnistas Libres, 14-12-2013.